No siempre tengo la suerta de que me sonría un recién nacido durante una sesión fotográfica. Ya pueden estar de lo más agustito y calentito, con la carita relajada y el estómago lleno. En esta sesión no sólo obtuve una sonrisa sino tres y de forma espontánea. Está claro que la pillamos en un buen día y ella nos regaló estas entrañables imágenes.
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