Laura y Voro se conocieron en una librería. Fue una coincidencia como sólo sucede en las películas que les ha llevado a ser marido y mujer. Son dos personas con las que no paras de reir, con muy buena energía y que han decidido casarse en el mismo día de su aniversario. Como ocurre con el tiempo en primavera, nunca sabes que día va a hacer, pero eso no les desanimó para organizar el evento con mucho mimo y soportar cambios en el último momento.
La boda civil se llevó a cabo en un centro cultural de Madrid, en concreto en el auditorio. A pesar de la inmediatez de la misma, el acto estuvo plagado de emotivos momentos. Posteriormente hubo otra celebración de mayor duración en la que los novios pudieron realizar el rito de la arena, simbolo de unión y amor eterno y en la que los hermanos de ambos emocionaron al público con sus discursos.
Lo bueno de celebrar una boda en primavera, es la gran cantidad de flores que hay por todas partes. Tuvimos la suerte de tener estos cerezos en flor en la misma terraza del lugar de la celebración, ello, junto con la eterna sonrisa de los novios, ayudó a contrarrestar el cielo gris que se mantuvo durante todo el día. No tuve que darles apenas instrucciones para posar ya que ellos mismos no paraban de mirarse, besarse y abrazarse. ofreciendome preciosos momentos que retratar.
El baile fue muy divertido y el photocall de «La Guerra de las galaxias» dió mucho juego. Me quedo con esta última imagen de los novios en blanco y negro y un intenso beso que parecía no terminar nunca.
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