De vez en cuando me preguntan si es difícil fotografiar recién nacidos. Y siempre después de sonreir suelo decir que no, pero lo cierto es que muchas veces es cuestión de suerte.
La suerte de realizar un reportaje el día que el bebé no está molesto, ha comido, se ha relajado y el factor tiempo no apremia. En más de una ocasión no he podido comenzar con las fotos hasta pasada una hora desde que llego al domicilio.
Hoy os traigo las fotos de Enzo, que nació en invierno y tenía mucho frío. Suelo recomendar desnudar a los recién nacidos para las tomas o al menos que se les vea gran parte del cuerpo. Pero esto complica la colocación de las poses ya que los niños quieren estar tapados y apretujados entre sábanas y mantitas.
A Enzo decidimos envolverlo en telas para que se sintiera más cómodo y meterlo en una cestita para que se notara recogido y a gracias a sus pucheros quedaron unas fotografías muy entrañables como podéis ver.
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