El primer embarazo es una experiencia muy especial para todos los padres. Por ello me encantó realizar este reportaje fotográfico con Adriana y Óliver. Decidimos hacerlo en exterior y aprovechar el buen tiempo en las sombras de los árboles del Capricho.
Lo ideal es que en la fotografía de embarazada participen los dos padres. Siempre podemos hacer fotos de la mamá a solas, pero al estar en pareja se crea un sentimiento de calidez que se refleja en las imágenes. Además si cuentas con un padre divertido como es el caso de Óliver puedes pasar la sesión sin parar de reir.
El vestido negro de Adriana se ajusta perfectamente dejando claramente a la vista la silueta del vientre y al ser de ese color le estiliza. Las poses tumbadas, además de ser muy cómodas permiten crear escenas de gran belleza.
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